Tradicionalmente, el fin de un año
y el inicio de otro se ve como un buen momento para detenernos y
revisar que hemos hecho y qué falta por hacer.
Con
el cambio de año, y de mano con las fiestas, vienen a la mente una
serie de buenos propósitos, que desafortunadamente, rara vez
sobreviven más allá de febrero.
Si
hemos de ser francos, la mayoría de los seres humanos no tenemos la
constancia suficiente para alcanzar todas nuestras metas, y esto suele
trasladarse hacia el negocio.
Más
de una ocasión he escuchado a algún dueño de empresa hacer planes,
sólo para comprobar meses después que los planes se quedaron en eso,
y que no se vio ningún resultado.
•
¿Por qué fracasan los buenos propósitos?
La gente suele fallar en alcanzar
sus metas, porque deja de lado la naturaleza humana y no la toma en
cuenta. Es necesario que estudiemos el comportamiento, para distinguir
factores que pueden obstaculizarnos o ayudarnos a alcanzar nuestros
objetivos.
Si
un empresario, al calor de las copas, le ofrece a sus trabajadores un
premio si el año entrante logran aumentar los clientes, comete el
error de tomar decisiones a la ligera, sin tomar en cuenta otros
elementos como el monto del premio, y las condiciones en que lo dará,
por no mencionar si estará dispuesto a darlo en realidad.
Los
buenos propósitos no deben quedarse en ser "buenos", también
deben ser razonados, alcanzables, objetivos y específicos.
Definamos
cada uno de ellos:
• Propósito Razonado
Todo paso que demos debe tener el antecedente de un estudio del
qué, cómo, cuándo, dónde y para qué.
Si yo me propongo elevar la
productividad de mi empresa para el 2008, debo analizar si cuento con
los elementos necesarios, tengo la capacidad de personal y equipo,
estoy preparado para atender más clientes por día y si trabajar más
elevará las utilidades y no sólo los costos.
Si
no estudio esto, corro el riesgo de traer más trabajo sólo para
sacrificar calidad por cantidad, y entonces descubrir que trabajar más
representó más quejas y menos dinero.
Para
evaluar si un propósito es razonado o no, puedo contestarme las
siguientes preguntas: Esto
que busco - ¿Es bueno
para mí? - ¿Es bueno
para la empresa? - ¿He
analizado las consecuencias que tendré si lo logro?
- ¿Vale la pena buscarlo, o es sólo un capricho?
- ¿La gente involucrada se verá beneficiada?
- Propósitos Alcanzables
Dice el dicho que se vale soñar. Pero soñar de más tiene sus
consecuencias
Quién persigue algo inalcanzable
puede obtener desánimo y frustración
Conozco
el caso de empresas que se han metido a trabajar con compañías
fuertes, que tienen cargas de trabajo muy grandes, y se ven sin
pensarlo en un ritmo de trabajo absorbente, que no les deja tiempo
para atender mas que a esa compañía. Entonces comienzan a perder a
sus antiguos clientes por no darles servicio, y quedan en una situación
desventajosa porque su ingreso depende casi exclusivamente de un
cliente, que si los deja, puede provocar la quiebra.
Si
usted se propone algo, que sea lo que el sentido común le dice que
puede lograr y un poco más.
Es decir, si usted cree que puede
escalar una montaña que mide mil metros, puede arriesgarse y escalar
una que mide dos mil, y medir sus fuerzas en el ascenso. Pero si se
aventura a escalar una que mide cinco mil metros, puede quedarse sin
provisiones a la mitad del camino y no tener tiempo de regresar
Lo
que puede hacer para no limitarse, es ponerse una serie de pasos
secuenciales, como los escalones de una escalera, de manera que vaya
obteniendo triunfos pequeños pero constantes, a la par de ir ganando
en confianza, Para evaluar
si lo que quiero es alcanzable puedo contestar sus respectivas
preguntas: - ¿Esto que
quiero, en realidad creo poder lograrlo?
- ¿Estoy dispuesto a hacer lo necesario?
- ¿Tengo a la mano los elementos para alcanzarlo?
- Si no los tengo, ¿Puedo obtenerlos?
- ¿Poseo la disciplina para no abandonar el camino a la mitad?
• Propósitos Objetivos y Específicos
Cuando algo es subjetivo y general, puede caer en muchas
interpretaciones y se presta a que cada quien haga las cosas como las
entienda
Recuerdo
el caso de un taller mecánico en el que el dueño reunió a su gente
y le pidió que le dieran buen servicio al cliente. Todos dijeron que
si
Días
después, el dueño llegó al taller y vio que un cliente estaba en su
oficina hablando por teléfono, y cuando éste se retiró, el dueño
le llamo la atención a su secretaria
-¿Por qué lo dejaste entrar a
la oficina y llamar por teléfono, si sabes que no se puede?
La secretaria respondió- Usted
nos dijo que debíamos darle buen servicio al cliente, y el señor está
retrasado por nuestra culpa y estaba llamando a su esposa para que
fuera a recoger a su hijo a la escuela porque él ya no llegaba
Si
-respondió el dueño- pero no lo puedes pasar a mi oficina
¿Qué
es lo que sucede en este ejemplo? Que no está bien definido lo que es
buen servicio
La
secretaria seguramente interpretó que era una cortesía que el
cliente llamara desde la oficina, donde
se podía sentar y hablar sin ruido, y el dueño tal vez pensó
que era riesgoso hacerlo por un robo o una llamada de larga distancia.
La misma situación se interpretó de diferente forma
Por
ello los propósitos deben ser vistos objetivamente, pongamos un
ejemplo para ello retomando la anécdota anterior
No
se proponga "En este año vamos a dar mejor servicio", en
lugar de ello, defínale a su gente que es lo que deben hacer, de
manera objetiva y específica para dar un buen servicio
Puede
definirlo así:
Este año, debemos reducir al mínimo
o eliminar, las reclamaciones por entregar los autos sucios de grasa,
en el 2007 tuvimos en promedio 10 reclamaciones al mes, en el 2008
debemos esperar que a lo mucho sean 2 al mes
En
el 2007, hubo 7 reclamaciones por rayones o golpes que supuestamente
dimos en el taller, y que no pudimos demostrar por no levantar Orden
de Servicio con inventario
Este año, no se nos debe pasar
un solo vehículo sin levantar sus datos y estado físico
Como
puede ver, los dos propósitos que se mencionan arriba son mucho más
específicos que solo decir "debemos mejorar"
Ahora bien, en muchos casos,
pareciera que nos faltan ingredientes para mantenernos en el camino
del cambio, y para ello nos puede funcionar estudiar las Cuatro Dś
para lograr el Cambio.
Primera
D: DESEO
Lo
podemos definir como aquello qué me gustaría obtener.
Casi siempre inicia como una sensación, un antojo o un sueño,
de algo que quisiéramos tener o alcanzar.
Existen
dos motivadores importantes que influyen en lo que deseamos y son: El
deseo de ganar y El temor de perder.
Nuestros
deseos los podemos transformar en Metas, que son aquellos estados
deseados que buscamos alcanzar.
Si somos realistas, no todo aquello que nos imaginemos lo
podemos lograr, pues somos seres con limitaciones y restricciones, sin
embargo, es un hecho que muchas veces nos vamos al extremo contrario y
pensamos que podemos alcanzar mucho menos de lo que en realidad
podemos.
Segunda
D: DECISION
Consiste
en definir que es lo qué tengo que hacer para lograr lo que deseo.
Un ejemplo muy sencillo es que si yo deseo sacarme la Lotería,
debo tomar la decisión de comprar el boleto.
Es
un hecho que las decisiones que tomamos en nuestras vidas son
fundamentales.
Por ellas estamos donde estamos actualmente, y por ello es
importante saber que influencia tienen los factores internos (mis
miedos, prejuicios, etc) y los factores externos (mi familia, mi
trabajo, la sociedad) en mi forma de tomar decisiones.
Algunos
psicólogos han estudiado ampliamente lo que se ha dado en llamar
bloqueadores de decisión, que son situaciones que llevan a quien los
padece a tomar decisiones equivocadas. Aunque es un tema muy amplio
por si mismo, hago una breve relación de ellos.
Bloqueos
Psicológicos
Evasión
de los problemas y de la ansiedad, con la finalidad de no experimentar
sufrimiento
Carencia
de una escala de valores
Desesperanza,
depresión y ansiedad
Idealización
o imagen irreal del propio yo
Pérdida
de contacto con los propios sentimientos
Escasa
autoestima o falta de confianza en sí mismo
Anulación
del propio yo, dependencia de los demás y necesidad obsesiva de
agradar
Búsqueda
obsesiva del reconocimiento y del primer lugar
Perfeccionismo
y afán de tenerlo todo
Vivir
en la imaginación
Temor
al auto desprecio que pueda generarse si se toma una decisión errónea
Auto
reproches provocados por las exigencias desmedidas
Ceguera
ante las diversas opciones
Temor
y distorsión de la presión del tiempo
Criterios
erróneos
Falta
de integración interna o grave desorganización
Tercera
D: DETERMINACION
Si
quisiéramos definirla poéticamente, podría decirse que la
determinación consiste en ir siempre al objetivo, o morir en el
intento, es decir, es el firme propósito de seguir el camino que elegí.
A
veces, se pierden los ánimos por buscar lo que quisiéramos, tal vez
por comodidad o por una resistencia natural al cambio.
Para ello debemos desarrollar la habilidad de Automotivarnos.
¿Cómo
motivarse?
Enfóquese
en los resultados, no en los procedimientos.
Supongamos que busca entrar a un gimnasio para obtener su peso
ideal. Si usted está pensando en la horas que debe pasar levantando
pesas, en el trayecto al local, en la dificultad de encontrar
estacionamiento, seguramente se podrá desmotivar, en cambio, si se
imagina en buena forma física, corriendo sin problemas de condición,
podrá automotivarse.
Otórguese
pequeñas recompensas.
Cuando los objetivos a alcanzar están muy lejanos, como en el
caso de estudiar una carrera universitaria, esperar a obtener el título
puede ser muy lejano.
En cambio, si cada semestre aprobado se da un pequeño regalo,
esto puede resultar gratificante.
Muchas
veces, sobre la marcha, aparecen situaciones con las cuales no
contamos y que escapan a nuestros alcances.
En esos momentos, lamentarse no tiene sentido positivo. Si
está atado a una decisión, haga lo mejor que pueda
Cuarta
D: DISCIPLINA
La
disciplina es la perseverancia y la constancia.
es hacer lo que debo de hacer, tenga ganas o no.
Muchas
veces, nos auto engañamos y buscamos pretextos para olvidarnos de
nuestras metas, ante esto, No dude, cuestione, porque las dudas solo
lo alejan de su objetivo. En caso de fracasar, como cuando el fumador
reincide, es bueno darse siempre una segunda oportunidad, y no pensar
que por esa caída será imposible lograr el éxito.
Aprenda del fracaso y aprovéchelo.
Hablando
del fracaso, recuerde: Los acontecimientos son el fracaso, no la
persona.
Algunos
consejos para hacer efectivos los propósitos.
El
éxito es un hábito
Comencemos
por triunfar en las cosas pequeñas
Evalúe
avances con regularidad
No
esperemos a fin de año
Comprométase
consigo mismo
Tómese
en serio
Por
último, no se ponga una carga muy fuerte de obligaciones. Tener
muchos propósitos lo llevara a abarcar mucho y apretar poco. Escoja
entre los más importantes y fundamentales y atáquelos, concentrándose
en pocas actividades a la vez
Y
no se olvide de evaluar mes con mes si esta avanzando o se ha quedado
detenido. No se espere hasta que termine el 2008, porque puede
llevarse la sorpresa de haber desperdiciado un año.
*Ing.
Alberto D. Quiroga Venegas, capacitador y
consultor especializado en ventas, servicio al cliente y marketing de talleres
automotrices. Dirección de Proyectos Sistemas
Integrales de Capacitación y Asesoría Automotriz, México.
email:
sicaa@hotmail.com •
www.sicaa.com.mx
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