–“Per colpa di qualcuno non si fa credito a nessuno”.
Esta frase escrita en la lengua de Dante, la vi escrita en un
establecimiento de Turín y me atrajo poderosamente la atención
por la atrayente rima de las palabras utilizadas y por la gran
musicalidad que existe en esta oración. El significado en
cambio no es tan agradable; la traducción al español sería:
“por culpa de unos cuantos no podemos dar crédito a
nadie”. Este cartel dejaba muy claro que por culpa de unos
cuantos morosos, la empresa no concedía crédito a los
clientes.
Recientemente en Francia tuve la ocasión
de leer algo muy parecido en un empresa de autos: “Pour le
plaisir de conserver ses bonnes relations avec la clientèle,
la maison ne fait plus de crédit”. Lo que viene a decir que
como la empresa quiere tener la satisfacción de conservar
muchos años sus buenas relacionas con su clientela, no
concede más créditos.
La versión española de esta leyenda
ya la había visto en una ocasión; fue en la entrada de una
empresa barcelonesa dedicada a la venta de herramientas,
donde, escrita en un cartel que estaba colgado en un lugar
bien visible, leí la siguiente frase: “el crédito ha
muerto, descanse en paz, los malos pagadores lo mataron”. Y
en Mallorca, en una empresa dedicada a la náutica,
pude ver un cartel, colocado en un lugar estratégico
del establecimiento, que rezaba: “Se acabó el fiar, si fío
no cobro, para no cobrar prefiero no fiar”.
Mediante estos carteles las empresas
mandaban un mensaje muy directo a los clientes respecto a su
predisposición para conceder créditos comerciales;
definitivamente no se vende a crédito debido a las malas
experiencias sufridas en el pasado.
En realidad
esta posición de desconfianza resume el problema que muchas
empresas padecen y que es el no poder cobrar sus ventas a crédito
debido al mal comportamiento de los clientes a la hora de
pagar. Clientes que pagan tarde, pagan mal o que –en el peor
de los casos– no pagan nunca.
De vez en
cuando en algunos comercios tradicionales todavía se puede
ver colgado de la pared un cartelito con el siguiente aviso.
“aquí no se fía” o incluso con más sentido del humor el
que dice: “hoy no se fía, mañana sí”. También en
algunos bares y restaurantes se puede ver una versión humorística
del aviso que reza: “el banco no hace cafés, yo no hago préstamos”.
Todos estos avisos vienen a afirmar una actitud muy
determinada hacia el crédito que tienen los propietarios de
los negocios donde están colgados los carteles: no concedemos
créditos a nadie porque no nos fiamos.
Evidentemente
en el mercado actual esta postura sólo puede ser adoptada por
una minoría de las empresas, puesto que para la mayoría de
los negocios, la venta a crédito forma parte esencial del
sistema de distribución comercial.
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