Toda empresa sabe que es más costoso un cliente nuevo que un cliente
habitual.
En la medida en que se
repite la venta, amortizamos las inversiones realizadas para su consecución.
Por eso es esencial la fidelización.
¿Cómo fidelizamos un
cliente?, ¿qué herramientas estrategias y conceptos debemos desarrollar?
En la última década se
ha hablado mucho de Valor añadido
y Atención al Cliente.
Estos conceptos se han
desarrollado al amparo de la Calidad.
El Valor Añadido a un
producto o servicio es otro servicio o trabajo que se anexa sin coste
alguno. Lo importante es saber qué valorará el mercado, el cliente.
Desde Marketing podemos
diseñar nuestra estrategia,
y es fundamental contrastar con el mercado que el valor
percibido desde el interior de la empresa es sentido como tal por
el cliente, de lo contrario, podemos estar "gastando" trabajo y
en definitiva dinero, en lugar de estar
invirtiéndolo.
La Atención al Cliente puede considerarse Valor Añadido, pero
hay otros conceptos más que deben tenerse en cuenta: La Innovación, la
Mejora continua, las
Relaciones Humanas y la
Comunicación personalizada que se mantiene con el Cliente.
Estos aspectos
se nos presentan en conjunción cuando sucede el error..., el Privilegio
de la Incidencia.
¿Por qué?
Es entonces cuando
tenemos la oportunidad de demostrar nuestra diferencia competitiva. El
problema nos deja un espacio para actuar, para decidir, para solventar,
para ser congruentes, íntegros, rápidos, prestar un servicio, demostrar
la honestidad de nuestra empresa, su compromiso social...
Hasta ahora, la cultura
heredada buscaba culpables.
Incluso un dato significativo es que cada departamento o empleado
intentase ocultar el error, problema o incidencia..., y el caso es que sin ellos no se avanza verdad?, que contradicción.
Los sistemas de Calidad
implantados en las empresas recogen hoy
procedimientos para contemplar las incidencias, sin embargo, es difícil
aún implicar, en este cambio de mentalidad, a toda la empresa, porque la
culpabilidad sigue pesando sobre nuestras cabezas.
Parece que nos cuesta
asumir que somos humanos...
Buscar culpables no es
práctico, no es útil. Buscar soluciones, aplicarlas rápidamente y
comunicarlas a toda la organización hace posible la fidelización, la
atención al cliente con calidad, la generalización del conocimiento, el
avance y aprendizaje de toda la estructura.
En esta década,
Marketing es el departamento motor. Ya
no se produce para almacenar. El hecho de que los ciclos de vida de
productos/servicios sean cada vez más cortos, que la competencia sea más
agresiva y voluminosa, nos ha llevado a investigar qué va a desear el
mercado mañana. Cuáles serán sus necesidades, sus gustos. El mercado
manda, lleva la batuta de nuestra empresa, por eso Marketing ha adquirido
una mayor importancia.
Pero ¿es el
departamento de Marketing el único
implicado en la Atención al Cliente?
¿Es sólo el
departamento de Calidad el responsable de medir las Incidencias?
Si consideramos la
empresa departamentada, en organigramas tradicionales, la responsabilidad
parece recaer en estas áreas. Pero sería un error partir de ahí, porque
la vida de la empresa está en los procesos, y en dichos procesos,
intervienen todos los departamentos de una empresa.
No es suficiente
asegurar la calidad y cantidad de trabajo fraccionada. Es necesario, para
ser competitivo, tener en cuenta la mejora continua en la globalidad,
sintiendo la empresa como un organismo vivo, que crece y evoluciona, donde
todas las células están
relacionados para el buen
funcionamiento del cuerpo.
Si tenemos en cuenta los
Macroprocesos, procesos, funciones y
tareas, necesarios
para que el cliente obtenga el producto/servicio
que precisa, estamos implicando a todo el personal de nuestra empresa en
la labor de continuidad y además dotamos de sentido su trabajo específico.
Marketing investiga y
diseña los aspectos que son
percibidos por el cliente como una atención de calidad. El departamento
Comercial lo aplica y vende,
puesto que supone un argumento de venta.
Calidad registra y
asegura que se mantenga y mejore la Atención al Cliente.
Pero qué pasa con el
resto de departamentos?. Quién
es la Voz de la empresa?... , ah!, el departamento de Recepción..., la
telefonista ( que
habitualmente recoge las quejas, pero no puede solucionarlas). Logística
y almacenes no intervienen en el servicio al Cliente?. Producción no
tiene nada que decir?. Y Administración?, Contabilidad?, la gestión de
Cobros?
La incidencia puede
surgir en cualquier parte del proceso , y por tanto, todos y cada uno de
los departamentos pueden estar implicados. El problema real
radica en la falta de una
mentalización en este sentido, cuando los equipos de trabajo funcionan en
la inconsciencia del resultado final.
Las secciones de
personal y Relaciones Humanas tienen aquí un importante trabajo: implicar
, a todos los profesionales
de estructura, hacia el
Cliente.
Pero hay más..., porque
si Gerencia, Presidencia y Accionistas, no promueven esta tendencia como
cultura y filosofía de
empresa, todo esfuerzo será vano.
¿Cómo se impulsa este
cambio?
Debe facilitarse la toma
de decisiones, valorarse la
iniciativa a todos los niveles, en definitiva, debe darse autonomía y
poder a cada puesto. Para qué?, para posibilitar la solución
inmediata del problema , para enfrentarse a la sorpresa, a lo novedoso,
puesto que el mercado exige cada día algo nuevo. Es fundamental que cada
persona pueda adquirir un compromiso ante el Cliente. Es el compromiso y
la respuesta lo que genera
confianza y la Confianza es la base de la Venta, de la fidelización.
¿Cómo asegurarnos que
será eficaz la respuesta emitida, que
estará en consonancia con la
Imagen de marca que se quiere trasmitir? .
La Formación va a
posibilitar la eficacia. Formar
no sólo supone un
aprendizaje o reciclaje de las tareas y conocimientos necesarios para el
desarrollo de labores y tareas concretos- operativos de cada puesto. Una
"Formación y Entrenamiento"
realizados de forma interna, desde la propia empresa, y por los
distintos departamentos, hará factible la apertura de visión y la
introyección de conceptos. Crear dentro de la empresa equipos de trabajo
heterogéneos, de formación y entrenamiento, será además un elemento
motivador y facilitará las
Relaciones Humanas.
No existe un manual mágico
para la Atención al Cliente - menos mal!-. Cada Cliente tiene unos
motivos de compra y es necesario conocerlos, seguirlos de cerca y ver sus
cambios, para ir adaptando nuestros servicios, nuestra atención, nuestras
Relaciones Humanas a sus requerimientos y expectativas, y así, ¡lograr
el éxito!
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*Ana Blanco, licenciada en psicología, socio consultor de Grupo
Bentas S.L., especialistas formadores en las áreas
de comunicación, negociación y ventas. Tel: 944156329
e-mail:grupobentas@grupobentas.com
C/Mitxel labegerie, nº2-6ª plta. Dpto 1 48005 -
BILBAO - VIZCAYA - ESPAÑA
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