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La Muerte del Marketing
de Producto
y el Nacimiento del
Marketing Orientado al Cliente
Por Claudio
Ponce* |
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Hoy me he levantado y he leído en la prensa económica, que Philip Kotler,
considerado como el padre del marketing, había manifestado que una de las
claves sobre las que debe asentarse el giro estratégico que debe
emprender el marketing, es colocar al cliente en el centro de todos los
planes.
Está
claro, que a pesar de que todo tiende al equilibrio, también podemos
afirmar que todo está en permanente movimiento, quizás en busca del
equilibrio. El Marketing, las Ventas y la Comunicación no están fuera de
estos cambios y equidades que permanentemente observamos y sentimos a
nuestro alrededor. Los que nos dedicamos a esto del marketing, sabemos que
esto es cierto y necesitamos disponer de la información necesaria y de
una percepción especial, de los pequeños movimientos que nos rodean,
para trazar nuestras estrategias y orientarlas hacia los clientes de
nuestros clientes.
Para
poder comprender un poco más estos cambios o paradigmas, tendremos que
introducirnos en la evolución de la investigación comercial, que destaca
tres etapas fundamentales, como son, La
orientación hacia la producción, en los años 50, la orientación hacia el
producto y las ventas, en los años 60 al 80, y por último, la
orientación hacia el consumidor, a partir de mediados de la última
década del siglo pasado.
La orientación hacia la producción se caracteriza por los siguientes aspectos:
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La demanda es superior a la oferta
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La actividad de comercialización simplemente organiza la salida de
productos
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No existe necesidad de realizar publicidad o promociones
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En general, la demanda es de carácter indefinido
La orientación hacia el producto y las ventas se caracteriza por:
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La oferta es superior a la demanda
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La comercialización se orienta a lograr mayor colocación de productos
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Se realizan ventas a presión
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El producto es el centro de la venta
La orientación hacia el consumidor se caracteriza por:
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Interesa la lealtad del cliente y la recompra, satisfacción por el producto
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El marketing surge como un elemento esencial para mantenerse en el negocio
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Interés por mejorar la calidad de vida de las personas
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La conservación del medio ambiente cobra importancia
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El cliente es el centro de la venta
La primera etapa de la evolución comercial, corresponde a la situación
de posguerra que requería la producción necesaria de bienes de consumo
para la población interna y ya no para el frente militar. Producir fue la
clave del éxito mientras la demanda se mantuvo mayor que la oferta, pero
fue necesario cambiar a medida que la oferta fue superior que la demanda,
la competencia se volvió más intensa y los consumidores más exigentes,
hasta que a finales del Siglo XX las empresas cambiaron su orientación,
enfatizando aspectos como el servicio y la calidad para lograr ser
exitosas.
Por
lo tanto, hoy en día, con entornos cada vez más competitivos y los
consumidores más preparados y mercados más exigentes, las tradicionales
técnicas del marketing no están a la altura de los nuevos desafíos de
una sociedad en plena ebullición. Por este motivo, es hora de dar un paso
hacia delante y orientar al cliente como eje de la actividad con imaginación
y creatividad para disponer de mejores resultados y contribuir al
crecimiento de las compañías.
Una empresa orientada hacia el cliente es capaz de manejar su información
por clientes, no sólo por volumen de ventas, también a gestionar
eficientemente las insatisfacciones del cliente, de conocer su participación
de mercado; de determinar el valor que cada cliente representa a través
del tiempo y de establecer objetivos referentes al número de clientes que
desea atraer y retener.
Una
de las multinacionales que han apostado por este enfoque es Coca Cola, que
incluye un número de teléfono en sus latas de refresco para que el
cliente llame si necesita algo, llevando su relación con el consumidor de
un nivel mínimo a un nivel reactivo. Incluso, en muchas de las
grandes superficies de Estados Unidos, disponen de “espacios Coca
Cola”, donde hay salas abiertas donde los más jóvenes tienen zonas de
reunión y descanso, acceso a Internet, video juegos, máquinas
recreativas, canales musicales de televisión y, por supuesto, máquinas
expendedoras de refrescos, creando “una forma de vida” donde se
identifiquen con la marca. Esto es lo que se denomina estar orientado al
cliente.
El
CRM (Customer Relationship Management) quiso marcar una época con la
combinación del Marketing orientado al cliente y las nuevas tecnologías,
como es la informática, pero no ha tenido la aceptación que se esperaba,
y aún sigue funcionando en alguna de las grandes empresas. A raíz de
esto y de las implicaciones de los sistemas de información aplicados a la
gestión comercial, florece el Marketing Experimental, que intenta
integrar las enseñanzas acumuladas del CRM. Esta “nueva orientación
hacia el cliente”, no es más que establecer una relación duradera a
través del conocimiento detallado de los gustos, para poder ser
segmentados y manejar esta información para cuando el consumidor se ponga
en contacto con el producto.
Además
de pensar que todo tiende al equilibrio en constante movimiento, también
pienso que dicho movimiento es circular, por lo que todas las modas
vuelven, aunque sea con otros nombres, pero con la misma esencia e
intensidad. Solo espero que si regresamos a la orientación hacia la
producción, no sea a causa de una guerra.
*Claudio
Ponce, es consultor de marketing
estratégico y socio fundador de EMV consultores, consultoria en
Madrid y Castilla y León (España), www.emvconsultores.com
. Creador del "Programa Meister", que es un programa de
diagnóstico y solución para potenciar las ventas, la competitividad,
la diferenciación y la rentabilidad de las empresas. (Programa On
line o talleres personalizados).
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