En
mis últimos años como consultor, he evidenciado casi a
diario el deseo constante de las pequeñas y medianas
industrias por querer crecer y comenzar a prepararse para
enfrentar la etapa de madurez.
Al
analizar la estructura de cada una de ellas, he visto con
agrado que casi todas han dado pasos por superase y adaptarse
a los requerimientos de un mercado consumidor cada vez más
exigente.
El
proceso de decisión de estas empresas por aceptar los cambios
y entrar de lleno a un mundo comercial de nuevas experiencias
y expectativas desconocidas, es en muchos casos el factor de
mayor desconcierto y duda, donde avanzar hacia lo nuevo ó
quedarse en la ya conocida zona de seguridad, es una decisión
de tal magnitud que algunos prefieren no hacerlo y quedarse en
lo que hoy son.
Al
igual que los adolescentes estas empresas con 12, 15 ó 18 años
en el mercado, comienzan a percibir una serie de
transformaciones y cambios los cuales muchas veces confunden,
irritan y los enfrentan a una secuencia de
marchas y contramarchas hasta el momento desconocidas.
Buscar
desde ese lugar definir personalidad, objetivos y hasta la
visión de donde enfocar la mira para llegar a verse
realizados, es una tarea muy difícil que requiere de tiempo,
análisis y por supuesto una mano adulta y con experiencia que
los ayude y acompañe en ese proceso tan importante para el
futuro.
Lo
cierto es que al igual que los adolescentes, las pymes deben
afrontar ese proceso natural e inevitable, inclusive las que
están bien formadas, fuertemente nutridas y con deseos de
superación enfrentarán también esos vaivenes y alteraciones
lógicas que se presentan antes de las grandes definiciones y
decisiones requeridas para entrar en la edad adulta.
Es
vital encontrar temprano el rumbo a seguir, reconocer quienes
son, de donde vienen y hacia donde van, cuales son sus
valores, sus atributos más destacados y también sus
falencias, para poder desde allí, accionar, corregir, crecer
y mejorar, sabiendo que en algún momento tendrán la
responsabilidad de comandar el timón de su futuro.
En
la mayoría de los casos cuando soy llamado para asesorar a
una empresa pyme, encuentro que la misma es el resultado de
esfuerzos, luchas, incertidumbres, desalientos, alegrías,
malestares, pero también es el resultado de algún
pionero/luchador que por necesidad tomó la decisión de
hacerle frente a todas estas situaciones y que definitivamente
después de muchos golpes ganó la batalla.
La
mayoría de estos problemas se evidencian, porque ahora la
estrategia competitiva es diferente, la tecnología invade por
todas partes y además los hijos del fundador que ya son
profesionales y son parte de la empresa,
tienen su lugar, su protagonismo y una nueva manera de
mirar el futuro.
La manera más simple de poder aclarar el panorama y encontrar
el rumbo es crear "sinergia interactiva"
Y
qué significa esto?…muy simple:
Es
encontrar los talentos ocultos de cada uno de los integrantes
de la empresa y potenciarlos al máximo junto a una
complementación ideal de experiencia y conocimiento entre las
partes.
Cuando
cada uno encuentra "su lugar", el desarrollo y
crecimiento avanzan a pasos agigantados y es desde allí donde
jugar en una nueva categoría se nos muestra posible.
Algunas
recomendaciones a tener en cuenta.
1)
Saber hacia donde vamos y que queremos lograr.
Suelen
decir que para quién no sabe donde va, cualquier lugar da lo
mismo.
2)
Tener en claro quienes somos.
Es
importante definir quienes somos para buscar el lugar que nos
corresponde.
3)
Saber con claridad cuales son nuestras fortalezas y
debilidades.
Conocernos
es vital como punto de partida.
4)
Trabajar en un clima de armonía y tranquilidad.
Un
buen clima de trabajo nos permite desarrollar todo nuestro
potencial, trabajar relajados y en armonía potencia las ganas
de hacer más.
5)
Capacitarnos siempre y de manera constante.
La
capacitación debe ser permanente, lo que hoy he aprendido será
la base de lo que voy a aprender.
6)
Ser Humildes.
Escuchar
y compartir, no pretender ser los dueños
de la verdad.
7)
Buscar ayuda de personas con experiencia.
Comprar
experiencia ajena, suele ser más rentable que pagar por la
propia.
8)
Tener un plan definido, aplicable y medible.
En
los pasos de acción está el resultado. Tenga un mapa a
seguir para no desviar de su objetivo.
9)
Ejecutar ese plan a pesar de todo, y día a día.
El
éxito requiere de un trabajo planificado y constante.
10)
Incentivar y reconocer los logros.
Tanto
los logros propios como los del equipo por pequeños que
parezcan deben ser premiados.
11)
Disfrutar, ser feliz y mantener un alto sentido del humor.
Esto
es bueno para nuestra salud y para la salud de quienes están
a nuestro alrededor.
12)
Ser Agradecido.
El
agradecer potencia los resultados.
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