Sólo existen dos maneras de competir;
por precio o por diferenciación.
¿Cuál eliges para tu negocio?
Es probable que te parezca paradójico, e incluso hasta una tomadura
de pelo, el titular de éste artículo, lo cual no me extraña, ya
que la gran mayoría de propietarios y directivos de pequeñas y
medianas empresas estarán totalmente convencidos de lo contrario;
mientras más bajos y ridículos sean los precios de sus productos
y/o servicios, más venderán.
Esta
filosofía podría ser válida hasta cierto punto, sin embargo, no
debes perder de vista que para una pyme, una estrategia centrada únicamente
en la competencia por precio, es una estrategia sumamente
desgastante, que puede llevarte directamente a colgar un cartel de
"Se Vende", "Se Traspasa" o "Liquidación
por Cierre"
Si
centras toda tu ventaja competitiva, y todos tus esfuerzos y
recursos en buscar nuevas maneras de bajar los precios, te estarás
metiendo en un túnel cada vez más oscuro y tenebroso, donde te será
muy difícil volver a ver la luz, y por lo general, cuando se vuelve
a ver la luz no es precisamente la salida, es un tren que viene en
dirección contraria, cuando ya no queda tiempo para reaccionar...
Todo acaba.
Con
esto no quiero decir que competir por precio sea lo peor, o lo
mejor, eso deberás determinarlo tú, pero sin lugar a dudas, no es
lo más conveniente para una pyme, por la sencilla razón de que
SIEMPRE vendrán empresas más grandes, con mayores recursos o con
mayores márgenes de riesgos, que pueden ridiculizar tu precio, y
echar por tierra todo lo que creías haber construido.
Cuando
esto pasa, el empresario toma conciencia de que debería haber
diferenciado su negocio, pero por lo general, ya es demasiado tarde.
Existen
algunas estadísticas que deberías conocer y analizar. En términos
generales, algunas de estas estadísticas coinciden en que 8 de cada
10 pymes que abren sus puertas, no llegan ni siquiera al quinto año
de vida... ¿Lo has leído bien?
De
cada 1000 personas que emprenden en un negocio, 800 tienen un
fracaso prácticamente garantizado, pero no son sólo las 800
personas; son 800 ilusiones diluidas, 800 familias que
probablemente, han hipotecado parte de sus vidas, para ver morir un
sueño que creyeron triunfante e invencible.
No
asumas que tu negocio es invulnerable a estas estadísticas, porque
cualquier pequeño negocio puede correr la misma suerte, al menos
que actúe en consecuencia.
Una
de las causas que mayor peso han tenido en estas estadísticas, son
las que se desprenden de la creencia popular que asegura que, para
tener éxito en los negocios, lo más importante es tener el
precio más bajo.
Tener
esta afirmación como una verdad absoluta, es la causante de grandes
desgracias en el mundo de las pymes, ya que, si esto es cierto, ¿para
qué desarrollar una estrategia de diferenciación o Propuesta Única
de Venta?, ¿para qué preocuparse por el posicionamiento?, ¿para
qué romperse la cabeza en descubrir los activos ocultos del
negocio?, ¿de que sirve innovar?, ¿qué necesidad hay de orquestar
un plan de acciones internas y externas para asegurar que el cliente
experimente nuestra diferenciación?, ¿por qué invertir energías
en buscar la excelencia y la coherencia entre la estrategia teórica,
la aplicación interna y la comunicación externa?, ¿para qué
tener en cuenta a los clientes, si estamos convencidos que lo que
ellos valoran, es el precio más bajo?
Alguna
vez te has sentado a reflexionar sobre los productos y servicios más
exitosos, de mayor prestigio y por supuestos, lo más vendidos. ¿No
te has percatado que NUNCA son los más baratos? ¿Crees que
McDonals es la hamburguesa más barata?, ¿qué Rolex es el reloj más
barato?, ¿qué Nike o Reebook son la ropa deportiva más barata?,
¿crees qué Mercedes Benz es la marca de coches más baratas?, ¿qué
Oreo es la galleta más barata, o qué Fedex es el servicio postal más
económico?... ¿Es Coca Cola es el refresco más barato?
¿Ves
lo que quiero decir? Estos son sólo algunos ejemplos para tomar
como referencia, pero te invito a que profundices en cualquier marca
o empresa exitosa que conozcas, y que no necesariamente tienen que
ser empresas o marcas globales, y veas que NUNCA son los más
baratos, y si lo son, cosa que dudo, no centran toda su estrategia
en el precio, ya que éste lo ofrecen como un valor o atractivo más
para el cliente, pero NO ES la principal razón por la que le
compran sus clientes… Investiga y convéncete.
Pero
ahora viene lo más importante. Estas mismas marcas o empresas
(productos o servicios), que son los más vendidos, y que no son lo
más baratos, ¿crees realmente que son los mejores?, ¿son los de
mayor calidad?... ¿estás seguro? ¿Cómo y quién mide la calidad
de estas marcas, y sobre que criterios se determina esa calidad? ¿Conoces
a alguien que te pueda demostrar, de manera práctica, tangible y
científica, que la hamburguesa de McDonals es mejor que las que
hacen en tu bar favorito?
Nadie
sabe con certeza si éstos son los mejores productos o servicios,
pero tampoco es lo que más nos interesa. Lo realmente importante, y
es la lección que deberías aprender y aplicar de éste artículo,
es que esas marcas han sabido crear una determinada percepción
de calidad y diferenciación en la mente de cada consumidor.
Han aprendido, desde sus inicios, a jugar el juego de la
diferenciación y han actuado de manera constante, coherente y
enfocada con su diferencia, hasta lograr posicionarse en la mente de
las personas que conforman su mercado (local, provincial, nacional o
mundial). Y ahora, una vez que han posicionado su diferencia, se
pueden dar el lujo de bajar precios y realizar ofertas y promociones
excepcionales.
Esas empresas también fueron pymes como cualquier otra, y no sólo
sobrevivieron a éstas fatales estadísticas, sino que se
convirtieron en marcas líderes, gracias a que NUNCA centraron todas
sus energías en tener el precio más bajo, descuidando su verdadero
valor.
Para
terminar con los ejemplos, me gustaría que reflexiones sobre lo
siguiente:
Si
un concesionario de coches te ofrece comprar una Jaguar, un Lexus o
un Mercedes, totalmente nuevo, por 9.000 Dólares, ¿lo comprarías
sin pensarlo para aprovechar la gran oportunidad que te están
ofreciendo?
Si
eres una persona prudente, el primer pensamiento que rondará tu
cabeza, es que existe "gato encerrado" y que te quieren
timar. Sencillamente, porque en lo más profundo, ni tú, ni yo, ni
nadie, termina por creerse que Bueno, Bonito y Barato, puedan
coincidir en un mismo producto y/o servicio. ¿No es cierto? Pues lo
mismo pasa con tus clientes.
Si
te esfuerzas por destacar y competir con el precio más barato, sin
potenciar tu diferenciación, no dudes de que nadie tomará muy en
serio la calidad y la profesionalidad de lo que ofreces.
Sencillamente, la mayoría de tus clientes tendrán la percepción
de que lo único que les ata a tu negocio, es la ventaja económica
que ven en él. Ésta será tu única arma de fidelización,
con lo cual, si alguna empresa de tu competencia entra en tu mismo
juego (el del precio), sólo tendrá que asegurarse de tenerlo más
bajo y comunicarlo a sus clientes. Por lo general, esto bastará
para hacerse con tu cartera… Así de fácil.
Debes
hacer lo posible y lo imposible por identificar o "crear"
tu diferencia. Debes potenciar la principal razón por la que te
compran tus actuales clientes, o las razones por las que te comprará
tu cliente futuro.
No
te sigas vendiendo a ti mismo la idea de que desarrollar una
estrategia de diferenciación es una tarea sumamente difícil, y
reservada a los grandes Gurús del marketing. Tu principal arma es
tu sentido común. Ponlo a trabajar para tu beneficio y el de tu
negocio.
Comienza
por descubrir, ¿por qué te compran tus clientes actuales?, ¿cuál
es la razón más poderosa que los motiva a comprar tus productos o
servicios, sin contar con el precio como referencia?
Lo
que realmente estás vendiendo en tu empresa, es probable que no sea
lo que crees. No asumas que tu empresa vende servicios de
contabilidad, coches, viviendas, comida, servicio técnico, equipos
industriales, juguetes, muebles para el hogar, teléfonos, servicios
de limpieza, etc... Si todas las empresas vendiesen el producto o
servicio que se hace evidente a los ojos del cliente, entonces… ¿por
qué unas empresas triunfan, mientras que otras fracasan, si
"supuestamente" venden lo mismo?
Tus clientes buscan en tu negocio un beneficio, buscan resolver un
problema que tienen o que ven venir. Buscan la ventaja personal que
les proporciona el producto o servicio que les ofreces, y debes
hacer lo posible porque esa ventaja no sea solamente la económica.
Tus
clientes no te están comprando por "amor al arte", ni por
el simple hecho de que les estés vendiendo un producto o servicio;
compran porque la venta golpea un acorde sensible en su mente y su
resonancia hace que esa persona quiera experimentar las ventajas y
beneficios que ofrece tu producto o servicio, y que a la vez, le
soluciona un problema.
Investiga
y descubre por qué te compran. Presta especial atención a la
percepción que tienen tus clientes actuales de tu negocio. Hazles
preguntas del tipo: ¿Qué es realmente lo qué más te gusta de
nuestro negocio / servicio / producto? ¿Qué es lo que menos te
gusta, o consideras que podríamos mejorar?
¿Has
recomendado alguna vez nuestro negocio? Si lo ha hecho, ¿qué es lo
que ha destacado al recomendarlo? Y si no lo ha hecho, ¿por qué?
¿Qué destacarías como especial de nuestro negocio / servicio /
producto. Desde tu punto de vista, ¿qué debería tener un negocio
/ servicio / producto como éste (el tuyo), para que fuese ideal?
Has
lo posible por simplificar las cosas. Si por el momento no puedes
buscar ayuda en profesionales externos, desarrolla tú mismo una
estrategia que te diferencie de tu competencia y que te permita
comenzar a ocupar una posición más privilegiada en la mente de tus
clientes y prospectos (clientes potenciales). El proceso para buscar
tu diferenciación, pasa por descubrir:
-
Los
beneficios y ventajas que actualmente ofrece tu negocio a tus
clientes.
-
Los
beneficios y ventajas más buscados
y valorados por tus
clientes actuales, y prospectos.
-
Los
beneficios y ventajas que, consiente o inconscientemente,
promociona y vende tu principal competencia.
-
Y
con toda esta información, determinar (decidir o crear) los dos
o tres principales beneficios y ventajas que te diferenciarán y
sobre los que centrarás toda tu labor de posicionamiento. Así
de simple.
Ahora
bien, si quieres desarrollar una Estrategia de Diferenciación o
Propuesta Única de Venta verdaderamente efectiva, ten en cuenta
involucrar a todo tu equipo en el proceso. Busca la participación y
el consenso de todo tu equipo humano, ya que la verdadera excelencia
se alcanza cuando cada integrante de tu empresa actúa, respira y
vive la estrategia, de una manera coherente y armoniosa.
Una
vez que hayas determinado los beneficios sobre los que centrarás tu
Estrategia de Diferenciación, no debes contentarte con el simple
hecho de "comunicarlos" en tus acciones de marketing.
Juntos, tu equipo y tú, deben desarrollar e implementar un conjunto
de acciones concretas, que permitan orquestar esa diferencia, y
"garantizar" que tu cliente vea cumplidas y superadas las
expectativas creadas en la comunicación externa.
Cuando
hayas determinado las principales ventajas y beneficios que
diferenciarán a tu negocio, debes ser consciente de que ésta
estrategia será la Espina Dorsal de tu negocio, la que te permitirá
mantener la coherencia y el enfoque en todas y cada una de tus
acciones comerciales, y la que regirá el cómo se hacen las cosas
en tu negocio, desde la atención telefónica, hasta el tipo de
uniforme.
Cuando
la estrategia se desarrolla y ejecuta correctamente, involucrando a
todo el equipo humano, y velando porque siempre exista armonía
entre la teoría, su aplicación interna y la comunicación externa,
el negocio alcanza niveles de excelencia insospechados, y comienza a
germinar una identidad propia que lo hará más apetitoso a los ojos
de tus clientes y prospectos, aún cuando existan muchos otros
negocios que se empeñen en seguir jugando a tener el precio más
bajo.
Simplemente,
te estarás posicionando, no como el más barato, sino como el de más
valor, al menos para tu cliente. ¿No te parece que vale la pena?
Un
buen consejo: intenta investigar y descubrir, cuál es la queja más
grande que tiene el público objetivo, de tu mercado o industria, ya
que, por lo general, una queja que esté posicionada en la mente de
tus posibles clientes, es un claro beneficio que ellos no están
experimentando, ni de tu negocio, ni de las empresas de la
competencia.
*Jordys
González, es el director y promotor de www.LanzateYa.com
Con base en Santa Cruz de Tenerife -España-,
Jordys es Consultor de Marketing y Asesor para
Procesos de Cambio, tanto de personas, como de
empresas (pymes). Su especialidad: ayudar a Desarrollar,
Simplificar y Sistematizar procedimientos y
estrategias que contribuyan con el cambio que se
desea alcanzar.
Para enviar un e-mail a Jordys: Director@lanzateya.com
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