El mercado actual requiere de profesionales de la mecánica que
sepan
detectar necesidades, comunicarse adecuadamente con su cliente y
poseer una
visión de servicio que lo lleve a ser el mejor aliado para el
mantenimiento
de su automóvil.
La mayoría de las personas que se dedican a la mecánica, no están
consientes
de que están vendiendo servicios. Debido a esto le dan poca
importancia a
aquello que no sea la reparación de autos y el cobro de sus
trabajos.
Sin embargo, cada vez es más claro que en un taller, todos los que
tiene
contacto con el cliente se deben de convertir en vendedores de
servicios, y
más aun, en vendedores asesores.
Un vendedor asesor, no se contenta con hacer lo que el cliente está
pidiendo, pues sabe que no siempre lo que el cliente pide es lo que
el
cliente quiere.
Puedo mencionar el siguiente ejemplo: Si un cliente siente su
auto bajo de
potencia, puede pensar que su problema se le corregirá con una
afinación, y
así llegará a nuestro taller solicitando concretamente ese
servicio. Sin
embargo, la falta de potencia de auto se puede deber a fallas
internas del
motor o el embrague defectuoso, entre otras causas. Si este es
el caso y
nos limitamos a hacer la afinación, al entregar el auto, y después
de que el
cliente lo maneje, regresará molesto argumentando que la afinación
fue mal
hecha.
Tal vez hasta entonces nos demos cuenta que lo que el cliente en
realidad
quería era que su auto recuperara potencia, para lo cual era
necesario otro
tipo de reparación y no la afinación, pero entonces el cliente ya
estará
molesto porque ha gastado y su problema no fue corregido.
Esto es difícil que le pase al mecánico que sea vendedor asesor,
porque el
pregunta y se toma tiempo para platicar con el cliente, busca que es
lo que
en realidad necesita y lo convence de que el mantenimiento que se
propone es
el adecuado para a la larga no hacerlo gastar de más.
El vendedor asesor sabe que el mantenimiento preventivo es mejor
para su
cliente, y se lo sabe transmitir, y para ello se toma el tiempo de
llevar un
historial de reparaciones por cada auto, no se le olvida recordarle
el
tiempo de sus verificaciones y tiene siempre a la mano información
básica
del mantenimiento preventivo y se la proporciona a sus clientes.
Si usted aun no es, pero quiere convertirse en vendedor asesor de
sus
clientes, le sugerimos que comience por aplicar estos sencillos
pasos es su
trabajo diario en el taller:
Entreviste al cliente. No se limite a recibir las llaves del
auto,
preguntar que se le va a hacer y despedirse. Aproveche cuando
tenga al
cliente a la mano para obtener toda la información necesaria.
Comience por
los datos personales, si no los tiene, pues son necesarios para
contactar al
cliente. Trate de llamar a los clientes por su nombre, esto
los hace
saberse importantes para nosotros. Respecto al auto, pregunte
porqué se lo
llevan y no sólo lo que quieran que le hagan, no se olvide de
preguntar las
fechas de los últimos servicios que se le hicieron, si es que esos
datos no
los tiene usted en sus registros.
Levante orden de servicio. Recuerde que -en México- es obligatorio
por ley
contar con órdenes de servicio. Pero no vea esto como un trámite
engorroso.
Este documento le da la seguridad al cliente de que respalda su
trabajo, además
de que usted se protege pues en él anota los desperfectos presentes
en el
auto al momento de la recepción y el inventario. Registre en
la orden todo
lo que el cliente le solicite, no se fíe de su memoria.
Siempre revise el auto. Existe en algunos talleres la mala
costumbre de
recibir el auto sin revisarlo, lo cual muchas veces acaba en
perjuicio del
taller al cargarle problemas que allí no se ocasionaron.
Verifique el
estado general, y no solo lo que le informan. Puede ser que
usted detecte
problemas que no le han mencionado, y si es así, sugiera que también
sean
reparados. Si el cliente acepta, usted hace una venta mayor, y
si no
acepta, anótelo en la orden de servicio indicando que se sugirió
se
reparara, y así se protege de eventuales reclamaciones.
Utilice su información. Recuerde que el cliente no sabe mecánica,
y que
muchas veces su lenguaje es distinto al suyo. Por eso apóyese
en las
tablas, manuales o folletos que suelen dar los proveedores para
apoyar sus
diagnósticos. Existen en el medio carteles con fotografías
que muestran
fallas de embragues, bujías, llantas y filtros. Si usted se
ayuda de ellas
para explicarle al cliente el porque de su diagnóstico, gana más
credibilidad.
Vigile la reparación. Durante el servicio de reparación,
suelen aparecer
fallas ocultas. Es necesario que le informe al cliente.
No se espere a que
él se de cuenta por si mismo. Aprenda de sus experiencias y
anticípese a
los problemas.
Demuestre su trabajo. Cuando entregue el vehículo, no se
preocupe nada más
por cobrar. Muestre al cliente que fue lo que se le hizo a su
auto, y si es
el caso, recuérdele lo que no quiso se arreglara de momento, pero
que se
debe reparar. Entregue las piezas de recambio.
Si esta en posibilidades, edite o reproduzca folletos que hablen de
las
ventajas de los mantenimientos preventivos, los periodos de
realización y
los ahorros frente al mantenimiento correctivo. Puede empezar
con los
sencillos, como el cambio de aceite, la afinación, el servicio de
frenos y
el lavado y engrasado. Esto le ayuda a que el cliente lo vea
como un
aliado, confiando en usted, lo que seguramente, beneficiará a su
taller.
*Ing.
Alberto D. Quiroga Venegas, capacitador y
consultor especializado en ventas, servicio al cliente y marketing de talleres
automotrices. Dirección de Proyectos Sistemas
Integrales de Capacitación y Asesoría Automotriz, México.
email: sicaa@hotmail.com •
www.sicaa.com.mx
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